Programación y robótica para mejorar el rendimiento escolar



La incorporación de estas disciplinas en el aula permite el desarrollo del pensamiento lógico y la comprensión de las matemáticas.Crear un programa, dicen los especialistas, nos ayuda a analizar nuestras habilidades humanas y a encontrar errores en nuestros razonamientos.


“Estamos rodeados de tecnologías programables: el semáforo, el automóvil, el teléfono, el TV o la heladera, pero no podemos entender los principios básicos de su funcionamiento. Aprender programación contribuye a entender cómo funciona un aspecto del mundo que nos rodea”.

De esta manera explica Cecilia Martínez, profesora en la carrera de Ciencias de la Educación, de la Facultad de Filosofía y Humanidades (FFyH-UNC), por qué es imperioso integrar la enseñanza de la programación y de la robótica en las aulas.

Aprender a programar, dice, permite desarrollar el pensamiento computacional. “Conocer los fundamentos de la computación nos permite también pensar qué tipo de soluciones podría aportar la computadora a diferentes problemas sociales”, agrega Martínez, doctora en Políticas Educativas por la Universidad de Rutgers, Nueva Jersey (Estados Unidos), y profesional de apoyo adjunto de Conicet en el Instituto de Humanidades de Conicet y FFyH.


Para Martínez, la integración de este tipo de enseñanza en la escuela obligatoria permite formar al futuro ciudadano en los alfabetos de nuestro tiempo y contribuye a que los alumnos puedan pensarse como posibles creadores de tecnología, no sólo como consumidores.

El Ministerio de Educación de la Nación planea incorporar ambas disciplinas a la currícula primaria y secundaria en 2020.

Luciana Benotti, profesora adjunta en la Facultad de Matemática, Astronomía, Física y Computación (Famaf) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), repatriada en 2010 por la Nación, doctora en Ciencias de la Computación del Institut National de Recherche en Informatique et en Automatique (INRIA) de Francia e investigadora de Conicet, explica que las computadoras y los programas cambian continuamente.

Hace 30 años las computadoras se conectaban al televisor y los programas se grababan en casetes de cinta. Hoy, subraya, llevamos una computadora en el bolsillo y le decimos teléfono.

“No nos engañemos creyendo que, como los chicos de hoy son nativos digitales, no hace falta enseñarles. Cuando tengan 40 años, la tecnología va a estar irreconocible y van a volver a ser analfabetos, porque ya no tendrán 10 años ni la misma energía para aprender cosas nuevas. ¿Cuál es la solución? No hay que enseñarles a usar un programa que va a cambiar hasta desaparecer, hay que enseñar las nociones fundamentales, que nos ayudan a entender cómo funcionan todos los programas y todas las computadoras. Hay que enseñar algoritmos, estructuras de datos, arquitectura de computadoras, variables, técnicas de representación de la información, entre otras. Es decir, Ciencias de la Computación”, remarca Benotti.

En este sentido, la robótica y la programación son dos buenas herramientas. “No hay que perder de vista que son sólo herramientas. Es importante que en las aulas quede claro que los conceptos que sirven para entender cómo funciona un robot, un videojuego, un programa de chat o la máquina que lee las tarjetas del colectivo son las mismas”, indica Benotti.

Aportes para el aprendizaje

¿Qué aportan la robótica y la programación al aprendizaje y al desarrollo intelectual? Mejoran la comprensión de las matemáticas.

Cecilia Martínez explica que en los ’90 una serie de estudios mostraban que el aprendizaje de la programación a través del lenguaje “Logo” mejoraba la comprensión de los conceptos de las matemáticas en niños de primaria y jóvenes de secundaria.

En tanto, a través de la robótica se pueden enseñar habilidades y conceptos diferentes, según se trate del diseño y ensamble del robot, desde cero, utilizando material descartable y hardware y software abierto, o del ensamble de partes de robots prearmadas que se programan con un software privativo, o bien de la programación de un robot ya ensamblado para que sea autónomo y haga tareas específicas.

Sube el rendimiento. “En nuestro paso por las escuelas, hemos observado que muchos estudiantes con diferentes condiciones, diagnosticadas o no, pero que generalmente tienen muy bajo rendimiento en las propuestas escolares, cuando se les presenta la posibilidad de programar, brillan y superan el rendimiento de sus pares. No sabemos bien por qué. Nuestra hipótesis es que la programación demanda habilidades de alto orden (como es el pensamiento lógico, la algoritmia, etcétera) que la escuela generalmente no demanda, y entonces pueden desarrollar su potencial.

Comprensión de los fenómenos. En las escuelas técnicas, puntualiza Martínez, la relación entre material concreto –en talleres y laboratorios– y teorías mejora el rendimiento en Matemáticas y la comprensión de los fenómenos físicos, electrónicos y de programación. La robótica permite establecer esta relación.

Pensamiento lógico. Hay estudios que establecen la relación empírica entre aprendizaje de programación y desarrollo de pensamiento lógico. “Aprender a programar permite desarrollar estrategias de resolución de problemas, de pensamiento secuencial, de abstracción”, plantea Martínez.

Pensamiento computacional. “Este pensamiento requiere entender las habilidades de una computadora y ser capaz de expresar un problema de forma tal que una computadora lo pueda resolver. Crear un programa es una forma de externalizar nuestros pensamientos en un lenguaje no ambiguo. Esto nos permite analizar nuestros pensamientos y encontrar errores en nuestros razonamientos. A pesar de su nombre, el pensamiento computacional es una habilidad humana. Los humanos piensan, las computadoras siguen instrucciones”, explica Luciana Benotti.

Las Ciencias de la Computación, sostiene la experta, nos muestran que las computadoras son máquinas extremadamente básicas que percibimos como inteligentes por su habilidad para representar y procesar inmensos volúmenes de información casi instantáneamente. Y agrega: “La computadora aumenta nuestras capacidades cognitivas: de memoria, de cálculo y de comunicación. Son tres ingredientes principales del avance del conocimiento humano”.

En otras palabras, remarca, si somos capaces de dominar los fundamentos de la computación, como individuos y como sociedad tendremos una chance de controlar cómo nos cambiará esta tecnología y así ganar en independencia. “Si no lo hacemos, tendremos que seguir consumiendo lo que otros producen sin herramientas que nos permitan juzgar conscientemente la tecnología que consumimos”, concluye Benotti.

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